miércoles, 8 de abril de 2015

La importancia del hombre


         En el universo observamos seres y entidades que podemos dividir en: seres que miran por sí mismos, los cuales apreciamos como de polaridad negativa; y seres que buscan el desarrollo colectivo, que apreciamos como de polaridad positiva.

         Estos seres tienen percepciones muy distintas y no son capaces de entender a la otra parte, puesto que no la han podido experimentar.

         El ser humano es la conjunción de las dos polaridades y alberga en su interior la posibilidad de conectar con ambas. Por lo que el ser humano está a disposición de la comprensión total, de la comprensión de la unidad. El ser humano puede comprender ambas polaridades, puesto que pasa de una a la otra con gran facilidad, y habiendo experimentado ambas, puede llegar a comprender a ambos seres o entidades que se polarizan únicamente en un extremo u otro.

         Por ello el ser humano, desde un punto de vista más elevado, es la posibilidad de que ambas polaridades se unan, comprendiéndose la una a la otra, pudiendo volver a la unidad de la que forman parte.

         Recordad que la cualidad de bueno y malo es algo que nos marca nuestra programación, pero una vez liberados de esas ataduras, nos damos cuenta de que solo son dos extremos de una misma cosa. Todo es lo mismo con la única diferencia del estado que presenta la energía en un instante preciso.

         Una misma cosa en un estado energético denso lo cualificamos de negativo, pero lo apreciaríamos como positivo si aumentara su vibración y su estado energético se tornara más sutil.

         Las acciones son fruto de un pensamiento, el cual es energía que puede ser de mayor o menor calidad.

         Si bien nos puede parecer que los seres que solo miran por sí mismos no tienen consciencia de unidad o pertenencia al Todo, y por lo tanto serían inferiores a los de su polaridad contraria, lo cierto es que también debemos observar que ellos también evolucionan y que son parte necesaria. El universo esta en equilibrio, y para su crecimiento y evolución, es necesario que ambas polaridades evolucionen al mismo tiempo.

         Recordemos también que ambas polaridades se ayudan mutuamente. La polaridad negativa es el motor que ayuda a evolucionar a las especies inferiores. Las personas crecemos al tiempo que vamos superando los diferentes problemas que van apareciendo en nuestras vidas. La oposición hace que debamos empujar con más fuerza y nos hace evolucionar más rápido.

         Como ejemplo, imaginen cuando una persona hace pesas, tumbado sobre un banco y levantando una barra con discos pesados en los extremos de la misma. La barra con el peso seria la oposición que debe superar la persona, y cuando logra superarla su cuerpo se vuelve más fuerte, mas musculado, preparado para enfrentarse a un problema mayor. Su cuerpo ha cambiado, evolucionado tras la superación de un problema.

         Aquello que consideramos malo, aquellos seres que consideramos tan malvados, tienen su razón de ser y superar los obstáculos que nos ponen, nos hace evolucionar.

         Nosotros como seres humanos estamos en disposición de poder comprender a dichos seres, ya que poseemos esa polaridad y podemos comprender lo que les lleva a comportarse de esa manera.

         Debemos superar la hipocresía y aceptar nuestra realidad. Poseemos ambas polaridades y somos capaces de conectar con ellas y ajustar nuestro comportamiento a uno u otro extremo.

         Debemos empezar a ver la realidad desde un plano más elevado para entender el sentido e importancia de lo que hacemos aquí. Nuestro propósito es conocernos a nosotros mismos, sin negar lo que somos o aquello que no queremos ver de nosotros, simplemente porque nos han programado para pensar que es negativo. Con ello dejamos en el subconsciente aquello que no queremos aceptar de nosotros mismos, creando una sombra cada vez más poderosa.

         Y no quiero que tergiversen mis palabras, porque ello no quiere decir que se tengan que comportarse como les venga en gana, sin tener ninguna responsabilidad sobre sus actos. El mismo esfuerzo del ejemplo de las pesas se puede equiparar al esfuerzo que supone la superación de las tentaciones, aquellos impulsos primarios que nos instan a realizar acciones que nos llevan a vibrar de forma más densa, y superarlas nos hace evolucionar hacia estados del ser más sutiles. Simplemente uno puede empezar a juzgar por sí mismo si sus acciones perjudican a otro y obrar poniéndose en el lugar de la otra parte.

         Y recordad que cuando nos hacemos conscientes de que formamos parte de algo tan grande, de que somos Uno con el Todo, entonces entendemos que dar es recibir al mismo tiempo y que el amor al prójimo es el amor a uno mismo.