Podríamos definir el ego como una superestructura mental diseñada a través de la información almacenada en el subconsciente y que tiene por objetivo la creación de una personalidad que se adapte lo mejor posible a su entorno para conseguir sus objetivos tales como: seguridad, aceptación, estatus social,...
El ego es por tanto una creación
mental, un Yo que se adapta a su entorno con una estrategia. Es como un actor
en una película, interpretando un papel, con una forma de ser particular.
El ego se nutre de la información que
hay en el subconsciente. Hay que decir que el subconsciente es el lugar donde
almacenamos toda la información que vamos recopilando en nuestra vida. Es
posible que también haya información genética, de nuestros ascendientes, e
incluso de información de vidas pasadas...
El hombre, que es conciencia, cree ser
su propio ego, se identifica con ese ego, y ello implica la creencia de que no
puede ser de otra forma. Pero esa estructura se puede cambiar más o menos
profundamente.
El ego nace de la creencia de que somos
entidades individuales. El ego es en sí temor, miedo, inseguridad. Porque se
siente individual, y de ahí que busque estrategias de comportamiento que sean
aceptadas. Actuará con un programa de aprendizaje continuo de error y
adaptación, hasta crear una estructura solida
que funcione de la mejor manera posible en su entorno.
El ego se encarga de solucionar a
través de razonamientos mentales, cualquier estimulo o información que pueda
herirle. El ego se encarga de mirar hacia el exterior, culpando de todos los
problemas a causas externas, generando explicaciones lógicas para evitar
sentirse dañado. La reacción del ego ante un ataque, es el contraataque.
El ego juzga continuamente a los demás
con el fin de sentirse bien con la estructura que ha creado.
El ego ha sido creado por el
sentimiento de individualidad, así que ha sido creado por una falta de
consciencia de pertenencia al todo. El ego ha sido creado por un error de
percepción, con lo que el ego no deja de ser algo ilusorio, ya que la
separación es una ilusión.
El ego no quiere desaparecer, y tiene
mecanismos para que la mente no cese su funcionamiento a fin de que podamos
llegar a lo que realmente somos.
El trabajo que debemos realizar para
tomar el control de nuestra mente y hacernos con las riendas de nuestra vida, a
través de la mente creadora, es la contemplación. La contemplación es la forma
de saltar al ego siendo únicamente lo que somos, dedicándonos simplemente a
observar.
1 comentario:
Eso lo que dice es cierto
Publicar un comentario